sábado, 8 de marzo de 2014

Paz

El borde del agua dibuja el contorno de tu cara justo por detrás de tus ojos, por debajo de tu barbilla por la línea del nacimiento de tu pelo. Sientes como flotas, como te deslizas con soberana libertad, sientes tus brazos sueltos a un lado de tu cuerpo y la luz del sol que se escabulle por entre las hojas verdes de un árbol. El aroma a tierra mojada y el sonido de la cascada cercana nadan en el agua. Tú, con la libertad de inspirar esa humedad, esa sensación de dejar solamente existir a las ideas en tu mente. No hay presión de ningún tipo, eres tú flotando. Repentinamente las ideas empiezan a ligarse unas a otras, se disipa esa niebla, ahora todo empieza a tener sentido. Te sorprende darte cuenta de lo pequeños e insignificantes que eran tus problemas...

martes, 4 de marzo de 2014

La Falsa Idea del Progreso.

La Falsa Voluntad de Ayudar

En los últimos periodos electorales y en mis últimas experiencias con los electoristas (por llamarles de alguna manera a quienes apuestan sus carreras en un puesto de elección popular). He visto lo errado que estamos ante lo que significa un periodo de progreso. Y es que la herencia populista de años atrás nos lleva a pensar que en la automatización está el desempleo de los que siempre, y solamente, han hecho un solo trabajo en toda su vida.

Lo voy a poner en de manera más plana.

¿Ha escuchado usted alguna vez el argumento del uso de las cuadrillas enormes de gente por sobre el uso de maquinaria para hacer trabajos en carreteras?

martes, 21 de enero de 2014

Gente de caminar ligero...

El camino a lo desconocido no es una caminata dentro de la oscuridad en estos días, en esta vida. Mi camino ha sido el andar entre los espinos sin saber si más allá se aclare el camino. Cada rose excarva en tu piel y te das cuenta de que estas solo. El camino a lo desconocido es un caminar solitario, la gente que pasa excarva en tu alma. Tal vez el peso de estar solo es lo que tira y rompe las fibras. Es un caminar entre las espinas sin importarte siquiera esa camisa de lino que traes.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Semilla

Es como el delicioso olor a tierra mojada o como ese café en la mañana, lo que hace evocar tu rostro visto por primera vez, en aquella tarde soleada.


Ahora un trago de nostalgia por las horas de utopía, que poco a poco mueren por crear la realidad, donde tu mirada es inquieta y tu esencia magnífica, donde mi piel se emociona y se eriza.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Castillo

Colaboración de: Solo Agua 


Su primera opción era un ramo de rosas, a su reina le encantarían. Seguía siendo esa muchacha romántica y dulce, con esos ojos que se llenaban de amor cuando lo miraban. Después de tanto tiempo, después de todo…


Lo pensó mejor. Iba en el autobús con un pastel en su regazo y una sonrisa que no le cabía en el rostro. Era de chocolate. Sin duda alguna había sido una excelente decisión; a los chicos les encantaba el chocolate y a su esposa le encantaba ver felices a los pequeños. Eran dos, un niño y una niña. El niño, claro, imitando siempre a su padre. Quería peinarse como él y decía que cuando fuera grande iba a trabajar en la misma empresa donde trabajaba de obrero su papá. El inocente no sabía que esa tierna declaración causaba una herida en el corazón de sus padres, ellos, que deseaban lo mejor para él, lo menos que querían es que se viera en la misma miseria. Lo miraban con ternura y le decían: “Tú tienes que ponerle muchas ganas a tus tareas y pensar en una carrera. Vas a ser médico o abogado, vas a ser el mejor.” 

Por otro lado, la niña…con la ternura de su madre. Sus ojos de plato en un marco negro de cejas pobladas y que miraban como si te invadieran por dentro. La más pequeña, era la princesa.