domingo, 3 de noviembre de 2013

Semilla

Es como el delicioso olor a tierra mojada o como ese café en la mañana, lo que hace evocar tu rostro visto por primera vez, en aquella tarde soleada.


Ahora un trago de nostalgia por las horas de utopía, que poco a poco mueren por crear la realidad, donde tu mirada es inquieta y tu esencia magnífica, donde mi piel se emociona y se eriza.

Y antes del final de la melodía, hay que seguir alimentando el fuego para que el calor no termine. Acercarse al corazón y hablarle quedito diciendo:

Extasíate con cada suspiro, cada sensación y pensamiento de recuerdo en aquel atardecer, y de esa manera sólo tú sabrás si soy  útil a tu sentimiento, proyectando semillas de un nuevo amanecer. 

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