Dicen
que las mujeres tenemos en nuestra vida cinco minutos de estupidez. ¿Saben una
cosa? Es cierto. Habrá mujeres que leyendo esto se encontrarán asintiendo; “el
momento en que me case; cuando me entregué al personaje mas ilusorio por
primera vez; cuando dejé ir el amor de mi vida; etc.” Sí, eso suele suceder, el
motivo…el más simple de todos: la existencia de las mujeres está regida por los
sentimientos.
Es
parte de la forma en que somos educadas, nos es fácil demostrar lo que sentimos
y no nos avergonzamos del contacto físico; somos más libres a las
demostraciones de cariño, de afecto y eso nos ocupa en la mayoría de las
ocasiones el pensamiento. En un momento de emoción somos capaces de realizar
actos ilógicos que sin embargo marcarán pauta para los subsecuentes en nuestras
vidas.
Esa
acción nos deja marcadas por el mismo valor que le damos a las emociones. Somos
sentimentales, guardamos fotos, poemas, recordamos a nuestro primer novio. Eso
en realidad no es tan malo como parece, y si al principio de esta reflexión lo
mencioné como: “Cinco minutos de estupidez” (sin duda una frase con fuerza y
agresividad), fue porque me recordó el como algunas personas demeritan el
dejarse llevar por lo que sentimos y como también, a veces equivocadamente nos
arrepentimos de nuestras vivencias.
El
hombre por el contrario, a veces piensa demasiado las cosas para hacerlas; planea,
y en esos planes muchas veces deja ir el momento adecuado. Cuántas veces te has
encontrado a un amigo de la adolescencia o la juventud y te dice: “Tú me
gustabas mucho” o, “Yo te quería”…pero, no lo dijo en su momento; ¡Lástima
Margarito! El hombre siempre vive pensando: “Si yo hubiera hecho esto o
aquello, las cosas serían diferentes”.El extremo opuesto a la acción aventurera
femenina, la mujer piensa: “Si no lo hubiera hecho…”.
El
“hubiera” no existe. Yo te invito amiga (o) lector, a que te alegres,
promuevas, provoques y repitas frecuentemente esos “cinco minutos” que no son
exclusividad de ninguno. Te aseguro que tendrás un gesto sonriente en lugar de
esa cara pensativa, habrá siempre alguien que pase y te diga: “El que a solas
se ríe…”
mis cinco minutos y de nadie más =, me gustó...(Katze)
ResponderEliminarTal vez el hubiera si exista... con todo ese rollo de romper la onda de las probabilidades cuanticas como en la pelicula del Mr. Nobody. No creo que nosotros vivamos en el hubiera (hablo por nosotros los hombres)... ya que también somos parte del si no lo hubiera hecho, como el chiste:
ResponderEliminar"Papá, ¿Tú qué querías? ¿Niño o niña? -... mmmm... coger".
Volviendo al tema, no creo que sea entonces exclusividad femenina la aventura, aunque si compartiría la idea que las motivaciones femeninas son más sentimentales que objetivas. El hombre busca la aventura no en el sentimiento de libertad, sino como una consecuencia de esta... creo yo.